Marian Vianney Iniesta
¿Cómo logró China obtener un certificado libre de malaria por la OMS?
La malaria, también llamada paludismo, es una enfermedad causada por parásitos del género Plasmodium, es transmitida a través de la picadura del mosquito Anopheles. Este padecimiento puede llegar a afectar hasta alrededor del 50% de la población mundial, con un predominio en países de bajos ingresos. Además, representa un costo económico significativo contribuyendo a la disminución de hasta un 1.3% en las tasas de crecimiento económico en los países donde la enfermedad es frecuente. En China en la década de 1940 se estimaba una cifra anual de 30 millones de casos de malaria y 300 mil muertes, sin embargo, las cifras se redujeron a cero en el 2017, logrando así que la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificara a China como un país libre de malaria endémica hace unos días.

Esta certificación se obtiene cuando un país ha demostrado con evidencia rigurosa y creíble que la cadena de transmisión local de todos los parásitos del paludismo humano se ha interrumpido en todo el país durante al menos los últimos tres años consecutivos, y que existe un sistema de vigilancia y respuesta plenamente operativo que pueda prevenir el restablecimiento de la transmisión autóctona.
“Hoy felicitamos al pueblo de China por haber librado al país del paludismo. Su éxito se lo han ganado a pulso y solo ha llegado tras décadas de acción específica y sostenida. Con este anuncio, China se une al creciente número de países que están demostrando al mundo que un futuro sin malaria es un objetivo viable” dijo el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
Esto se ha logrado mediante un arduo esfuerzo que dio inicio en la década de los cincuentas, cuando las autoridades sanitarias se encargaron de administrar medicamentos antipalúdicos preventivos para personas con factores de riesgo de adquirir la enfermedad, así como el tratamiento a quienes ya la habían contraído. Además de reducir los criaderos de mosquitos e incrementar el uso de insecticidas para su control.

En 1967 el gobierno de China lanzó el “Proyecto 523”, el cual se enfocó en la investigación a escala nacional con el objetivo de encontrar tratamientos nuevos y más eficaces contra la enfermedad. Gracias a este proyecto se descubrió en 1970 la artemisinina, la cual ahora constituye el compuesto principal de la terapia de los fármacos antipalúdicos más eficaces actualmente, contribuyendo así de manera trascendental a la salud global. Por este importante descubrimiento la Profesora Youyou Tu, colaboradora científica del ”Proyecto 523”, fue una de las acreedoras al Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 2015 por sus valiosas contribuciones al descubrimiento de la artemisinina, salvando millones de vidas y mejorando la calidad de vida mundial.
En la década de 1980, China fue uno de los primeros países en demostrar la efectividad del uso de mosquiteros tratados con insecticidas para prevenir así la infección. Gracias a estas medidas a finales de 1990 las muertes se habían reducido en un 95% y a partir del 2003 hubo más formación y disponibilidad de personal, equipos de laboratorio, fármacos y métodos de control de propagación de los mosquitos. De igual manera, se aplicó la estrategia “1-3-7” para la detección temprana de la enfermedad, la cual funciona según lo siguiente: hay un día de plazo para que los centros sanitarios notifiquen un caso de malaria, al finalizar el día 3 las autoridades deben confirmar el caso y determinar el riesgo con propagación y en un plazo de 7 días deben ser aplicadas las medidas necesarias para evitar la propagación.
Es importante resaltar que se necesita una colaboración interdisciplinaria en los países para combatir la malaria y enfermedades subyacentes. Es decir, no depende únicamente del sector salud, sino de la participación conjunta de los sectores financieros, educativos, tecnológicos y culturales entre otros. La actual pandemia ha perjudicado la lucha contra la malaria y otras enfermedades infecciosas como la tuberculosis, afectando en mayor medida a los países de bajos ingresos, no obstante, los gobiernos deben implementar estrategias que garanticen el acceso a los recursos y medidas para combatir estas enfermedades.